sábado, 18 de junio de 2011

Encrucijada.

Tal vez ya era la hora adecuada de regresar hacía las raices, a los caminos de lo que uno fue, y a la encrucijada vacía de "lo que uno pudo ser"...

Pequeñas y grandes mentiras decoran nuestra existencía, la justifican. Y torpemente nos desenvolvemos, nos abrimos a lo que pueda venir, sobrevivimos.

Afuera, en el patio, algo se mueve; me niego a creer que solo sea el viento. A menos que el viento sea un ente consciente y vivo que juega a complementarse con nuestros estados de animo como juega con nuestro cabello. Solo que el viento se disfraza de vez en cuando de ser humano y anda rondando por ahí, y se va de cotorreo en las noches y ríe estentóreamente.
-Y se fuma el humo de mota que dejamos en el aire-.

El cambio es brisa. A veces es posible percibirlo.


La hora en que esta a punto de amanecer es la más fría, y por lo tanto una de las más significativas. Se abre, tal vez, el velo entre lo vivo y lo muerto.

Esperando un cambio, para ir hacía algún lugar.

"Crossroads", que rocker.